A menudo, no basta con desear ser valiente para conseguirlo. Los miedos no paralizan, nos bloquean y, a menudo, nos impiden ofrecer nuestra mejor versión personal. Como consecuencia de ello, perdemos muchísimas oportunidades y somos incapaces de orientar nuestra existencia en la dirección adecuada. ¿Te ha ocurrido alguna vez? Si es así, estás en el lugar correcto: en este contenido vas a aprender qué es la valentía y cómo un ritual para ser valiente te puede ayudar en tu propósito.
Ritual para ser valiente
La importancia de ser valiente
En principio, eres valiente cuando tienes el coraje necesario para superar lo que tienes delante, para aprovechar la oportunidad que se te presenta o para llevar a cabo lo que has elegido. Realmente, la valentía es un auténtico reto al que debes exponerte si de verdad quieres crecer, mejorar y potenciarte.
Ahora bien, ¿somos valientes o nos comportamos con valentía? ¿Qué diferencia existe entre ambas cuestiones?
Vamos a retroceder a nuestra infancia: ¿te acuerdas de Juan Sinmiedo? Aquel personaje entrañable era osado y se enfrentaba a cualquier cosa porque no tenía miedo… hasta que lo descubrió. Así somos las personas.
El miedo es consustancial al ser humano: todos lo sentimos ante el peligro, la enfermedad o lo imprevisto. Lo cierto es que las personas, como los animales, reaccionamos antes las amenazas de tres únicas formas: atacando, huyendo o quedándonos paralizados. En puridad, la parálisis es la expresión más evidente del miedo. Porque, incluso la huida, puede requerir ser valeroso. Por el contrario, a veces el ataque puede ser fruto del miedo. Así de complicada es la valentía.
La clave que debes asumir lo antes posible es que la valentía no significa carecer de miedo. Al contrario. Tu valor se manifiesta en cómo reaccionas al sentirlo. Es decir, lo valiente que eres o dejas de ser no depende de la experiencia que vives, sino de la respuesta que decides dar frente a esa experiencia.
Rituales para ser más valientes
Eres capaz de actuar con valentía. Depende de ti y, tenlo muy claro, sí puedes hacerlo. Quizás lo único que te hace falta para conseguirlo es un poco de apoyo. Una ayuda que puede proceder de tu interior, pero también de un ser querido o de un profesional de la psicología capaz de dar con la clave de tus malas reacciones ante el miedo.
Tal vez, lo que no sabes, es que esa ayuda que te hace falta también puedes encontrarla en los rituales para ser valientes. ¿A que te suena bien la idea? A continuación, te proponemos dos rituales de este tipo que pueden marcar un antes y un después en el valor que demuestres.
Ritual 1: Cómo superar un miedo
Este ritual para ser valiente se concentra en un miedo concreto, el cual no eres capaz de superar. Verdaderamente, el procedimiento es muy sencillo:
- Toma una hoja de papel y escribe a lápiz en ella la frase «No tengo miedo» alrededor de todos sus bordes, hasta llenarlos. Primero en el anverso y, luego, en el reverso.
- Anota tu miedo en el centro de la página. Sé concreta, pero también clara y precisa.
- Concéntrate en la hoja y canaliza hacia ella tu temor.
- Canta esta estrofa: «En esta caja coloco mi miedo, para enviarlo lejos de aquí. No me dejes desviar, de mi misión, ni mi destino. Destierra todo lo que me detiene, así pueda volver a mi camino».
- Dobla el papel cuidadosamente: primero, uniendo los lados cortos y, después, los largos.
- Déjalo bajo una maceta y visualiza cómo la planta absorbe y evapora tu temor.
- Al cabo de media hora, recupera el papel y agradece mentalmente a la planta su colaboración.
- Rompe el papel y arrójalo a un río, al mar o al inodoro.
- En ese momento, siente el control y empodérate respecto a lo que antes temías.
Ritual 2: Vainilla contra la ansiedad
La ansiedad nos perturba y nos hace temerosos. Para eliminarla, necesitas una vela perfumada con vainilla: siéntela entre tus manos, apagada, y manoséala hasta que hayas conseguido cederle el calor de tu cuerpo.
A continuación, canta tres veces este estribillo: «Vainilla aleja todo peligro. Mantenlo lejos de mi camino». Finalmente, acerca el fuego a la vela y, una vez encendida, permítela arder hasta que sientas que ya no queda nada de tu ansiedad.
Como has visto, hacer un ritual para ser valiente no es tan complicado. Lo principal es estar convencida de que funcionará y, consecuentemente, llevarlo a cabo con absoluta confianza. Tal y como hemos dicho al iniciar este artículo, la valentía no es lo que sentimos, sino como reaccionamos ante ello.
Por eso, mucho más frecuentemente de lo que parece, estos rituales para ser valiente se convierten en auténticos catalizadores de un cambio personal que nos permite afrontar nuestros miedos en las mejores condiciones. ¿Quieres ser más valiente? Anímate a intentarlo.
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